Alpargatas o sandalias… Cuando llega el verano nos surge la duda con respecto a estos dos tipos de calzado frescos y muy cómodos.
La verdad es que no es necesario renunciar a ninguno de ellos cuando llega el calor. Ambos géneros de zapatos son igualmente válidos en los vestuarios urbanos de hombre y mujer.
Es cierto que las sandalias femeninas admiten mayor número de licencias de estilismo que las sandalias masculinas. Sin embargo, la esencia del calzado es la misma: se descubre el pie para facilitar las corrientes de aire y la dilatación natural cuando el calor aprieta.
Las alpargatas comparten esta cualidad con las sandalias. Por lo general los tejidos en los que se confeccionan son óptimos para la transpiración y la adaptación a los cambios de tamaño del pie.
Ambas, sandalias y alpargatas, son, pues, una buena opción de estilo y salud para el verano.
No es necesario prescindir de ninguna de ellas. Lo adecuado, sin embargo, es saber usarlas en determinados contextos o situaciones. Si bien las dos combinan grácilmente con todo tipo de vestuarios, es verdad que las sandalias poseen mayor versatilidad en cuanto a detalles y fórmulas de diseño. Esta cualidad las hace más recomendables a la hora de combinar con vestidos de marcado carácter elegante o conjuntos en los que el protocolo sea algo más riguroso o estricto.
Para el verano, sandalias y alpargatas son una decisión acertada de actualidad, tendencia y gran comodidad.
¿Tú con cuál te quedas?
Imágenes – Zara.com / Uterque.com / Mustang.es